martes, 31 de octubre de 2017

small talk

Voy a ir directo al grano: me parece muy, muy, muy loco como vive la gente que me rodea. Sus prácticas, pasatiempos, relaciones. Me parece impresionante, por ejemplo, cuando después de una semana entera de clases, e incluso de certámenes, el viernes en la noche salgan a carretear ??'?'45865??'0)(7//)/UT%$IO?? Yo a media semana ya estoy agotada y solo quiero mi cama y estar sola. No solo me cansa levantarme temprano, estudiar, hacer trabajos: me agota mucho, muchísimo, la interacción con el resto del mundo. Conversar, saludar, preguntar cosas rutinarias o por educación, buscar un tema para que calce. En inglés le llaman "small talk". En español no sé si existe un término, pero yo podría definirlo

interacción entre dos o más personas no necesariamente cercanas o íntimas, en situaciones cotidianas en las cuales se establecen diálogos innecesarios pero socialmente esperados, con el objetivo de evitar un silencio entre las partes, iniciar futuras relaciones o distracción.

¿No? No sé, eso me parece a mí. Y no es que "small talk" signifique que el tema sea superfluo o poco relevante (no por lo menos en mi definición). Pueden comenzar a hablarme de filosofía o astronomía y me seguirá pareciendo una práctica extraña y totalmente innecesaria. Por eso suelo usar audífonos, saludar desde lejos, sin necesidad de ese molesto beso en la mejilla, no asistir a eventos sociales, almorzar sola.

No voy a mentir; a veces esa "small talk" puede volverse interesante.A veces compartir tiempo con el resto resulta bastante agradable. Y con ciertas personas, extremadamente agradable, incluso deseable. Quisiera saber cómo diferenciar aquellas charlas/interacciones que no me hacen querer huir y las que sí, ¿qué característica las delimita? Me lo he preguntado muchas veces. Pero por ahora lo único que es medianamente plausible es que es algo que depende de la misma esencia de la persona. Que es nada y todo a la vez; la combinación de lo que tienen y lo que no.

Yo siempre me identifiqué como introvertida. Aún sin conocer el término sabía quién era. Siento que soy una persona que se conoce bastante a sí misma, cosa aparentemente muy difícil de lograr, o por lo menos eso decían los filósofos griegos más rankeaos. Yo sé mis límites, lo que quiero y mis reacciones. Y siempre supe que la gente me agotaba luego de un tiempo. Que las fiestas, los carretes, el aniversario del colegio, los juegos grupales, los trabajos con mis compañeros, los cumpleaños, eran eventos en general no deseables. Siempre me extrañó que al resto le pareciesen tan atractivos, dignos de expectación y que disfrutasen tanto en ellos. Pero no lo analizaba más allá, simplemente lo tomaba como un hecho. "El resto es así y algunos no".

Y eso es todo. No hay muchas explicaciones o trasfondos tras eso. Excepto algo de lo que solo hace poco soy consciente: no hay tantos introvertidos como extrovertidos (y algunos introvertidos se esfuerzan por volverse extrovertidos, generando que parezcan aún menos), y que el mundo no está hecho para los introvertidos.

Y no estoy inventando ni dándole color a ninguna de las dos afirmaciones. Por lo menos lo que yo he leído del tema afirma que hay 1/3 de introvertidos. Pero también he leído en otras partes que es el 50%. La verdad es que, según mi opinión, los introvertidos son menos que los extrovertidos. O tal vez es que 1. Suelen figurar menos, se subestima su número 2. Muchos insisten en tomar conductas extrovertidas puesto que es lo más "aceptado".

La segunda afirmación es más subjetiva y tiene más que ver con vivencias y observación que con bibliografía leída. Aún así, pienso que no estoy errando al afirmar que el mundo no se acomoda a los introvertidos. La sociedad, el trabajo, las relaciones, proyectos, se construyen en torno a la figura de los carismáticos. Cuantas veces no he escuchado en el colegio, universidad, familia, medios de comunicación, y un infinito etcétera:
 "El mundo no es de las personas que sacan buenas notas o tienen promedios perfectos. En los trabajos y universidad buscan personas que sepan trabajar en equipo y tengan habilidades blandas. Nadie busca a un buen alumno, se busca a los integrales"
Recuerdo que muchas veces lo dijeron en el colegio. Lo decían buscando animarnos, aparentemente, pero en mí generaba (y genera, aún) una sensación de intranquilidad. Yo era esa de las buenas notas y pocas habilidades blandas. Que sacó excelentes notas pero que no salía nunca, odiaba trabajar en grupo, tenía pocos amigos y solo hacía eso; sacar buenas notas. No deporte, no arte, no pololeo, no alumna integral o mejor compañera.

Y me ha costado. Suelo agotarme, querer dormir y escaparme a mi espacio. Porque el mundo es extrovertido. Sin hacerse la víctima, sin exagerar; es así. Todo es extrovertido.

Me cansa el resto. Quiero estar con mis amigos, mi familia, con gatitos y perritos y no forzar comunicaciones. Que fluyan las cosas.

Me gustan las relaciones en las que no existen los silencios incómodos. No porque no hayan silencios, sino porque estos no son incómodos. Y me cuesta lograrlas

Acabo de escuchar una canción muy linda. Más que la canción la letra. Que bonito es estar sola y escuchar musiquita


Hoy te busqué
En la rima que duerme
Con todas las palabras
Si algo callé
Es porque
Entendí todo
Menos la distancia
Desordené átomos
Tuyos para hacerte
Aparecer
Un día más, un día más
Arriba el sol
Abajo el reflejo
Ve cómo estalla mi alma
Ya estás aquí
Y el paso que dimos
Es causa y es efecto
Cruza el amor
Yo cruzaré los dedos
Y gracias por venir
Gracias por venir
Adorable puente
Se ha creado entre los dos
Cruza el amor
Yo cruzaré los dedos
Y gracias por venir
Gracias por venir
Adorable puente
Cruza el amor
Cruza el amor
Por el puente
Usa el amor
Usa el amor
Como un puente

sábado, 14 de octubre de 2017

miedo

he vivido con él desde siempre. primero a cosas cotidianas. a la oscuridad, a las plumas, a las mariposas nocturnas, a mi fobia por excelencia que no nombro públicamente, a los payasos. luego pasó a otro tipo de miedos. como el miedo al fracaso, al ridículo, a andar en micro, a salir a la calle, a caminar más allá de los límites 100% conocidos, miedo a ser tonta, ser fea, y eventualmente un miedo paralizante; a crecer. anduve como un año con esa mierda.

luego vino el otro temor, tan o más paralizante que el anterior; al azheimer, a la vejez. miedo a esa degeneración que convierte a una persona que amabas en un cuerpo con ojos sin vida, ojos que miran al vacío, una boca que pregunta por su mamá y que llora cada vez que le contestamos que ella murió, hasta que dejamos de decírselo. ¿me iba a pasar a mí?¿a mis papás?¿así es como termina?

me gustaba teatro. no solo eso, me encantaba. pero me daba miedo. me salí, aterrada del público, de la 'profesora, de mis compañeros de teatro, de mí misma haciendo el ridículo. también me gustaba gimnasia rítmica. me presenté una vez, salí llorando del escenario y nunca más volví.

me gustó un niño en el colegio. y yo no quería que se acercara a mí. porque me daba miedo que me estuviera mintiendo sobre que yo le gustaba.

miedo a andar en avión, miedo a las alturas, a los terremotos, a los seres que vuelan, a mis compañeros, a las burlas, miedo de la exposición, de la crítica.

miedo a no entrar a la universidad, a no entrar a la carrera que quería, miedo al mechoneo, miedo de no pasar ningún ramo, miedo de no haber escogido bien, miedo de esos 7 años por delante, de no ser médica nunca.

pánico a que se vaya. a que se aburra. a que haya otra persona. temo enormemente que me mientan. siempre asumo que me mienten. encuentro argumentos en todos lados para convencerme de que todo lo que creo es mentira. miedo a no ser suficiente.

miedo a estar dando todo por nada.

dolor en la parte superior del pecho. manos sangrando. jaquecas. nudo en la garganta. llanto descontrolado. dolor de extremidades. cortarme mi propio pelo una y otra vez. pellizcar mi cara. comer. engordar. consumir un paquete de chicles diario. bruxismo. pena.

miedo